Todas las empresas y emprendedores tienen como principio fundamental mantener satisfechos a sus clientes. Definitivamente, éste es el principal elemento que define tanto el éxito como la prosperidad de una marca. Precisamente por ello el primer mandamiento de la metodología ágil es:
1.Satisfacer al cliente.
Sin embargo, esa satisfacción viene acompañada de algo muy interesante y es enseñarle a nuestros clientes cuáles son sus ventajas competitivas; por eso el segundo principio es:
2. Los elementos cambiantes son aspectos a favor.
Para ello también debemos enseñarle al cliente que en la actualidad la interactividad es indispensable. Los períodos de prueba y su opinión son importantísimos para poder perfeccionar el producto. Así el tercer principio es:
3. La interacción constante.
Nosotros como emprendedores o empresa debemos entender que esa interacción debe estar presente en todos los ámbitos, tanto con el cliente como entre las personas que participan en la realización del producto. Por esta razón, el quinto principio es:
4. Mantener el trabajo colaborativo. Este principio deriva a su vez el quinto:
5. Motivar al equipo, pues todos sabemos que si los humanos nos sentimos desmotivados y sin oportunidades, nuestra confianza y voluntad de trabajo disminuye considerablemente. Cuando de evolución se trata, no hay mejor de manera de verificarlo que a través de los proyectos que dan buenos resultados, por eso el siguiente principio es:
6. La medida del progreso es el trabajo que funciona; el que da resultados.
Sin embargo, todos sabemos que así como el progreso no llega de la nada, tampoco se mantiene por sí mismo. El trabajo constante es la única garantía del desarrollo sostenido. Constancia y progreso conjuntamente tienen como antecedente el séptimo principio:
7. Búsqueda de la excelencia.
Sin duda alguna este motor es el eje central de todo tipo de proyectos y realizaciones. Para esta búsqueda no hay mejor método de trabajo que la simplicidad, mientras más sencillos sean los métodos y planteamientos más realizables son los proyectos.
Todo trabajo en equipo requiere de una co-evaluación constante, pero no por ello perdemos nuestra individualidad. Esta característica nos lleva al siguiente principio:
8. La autorregulación y autoevaluación
Ambas palabras pueden integrarse en la auto-organización. Nadie más que el equipo de trabajo sabe qué quiere, qué tiene para lograrlo y qué necesita.
Finalmente, tenemos la revisión permanente. Así como nadie tiene la última palabra, ningún producto existente es el absoluto. La verificación constante de nuestros productos y proyectos es el método más seguro para mantener un equipo de trabajo sano, colaborador y motivado; así como también la construcción de procesos que nos permitan ser eficaces en la realización de productos capaces de mantener satisfechos a nuestros clientes.